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martes, 30 de noviembre de 2010

Doctrina Marítima: derechos e intereses

INTERESES MARÍTIMOS: ECONOMÍA Y DESARROLLO

Jean Jesu Doig Camino*


“El que domina el mar domina las comunicaciones marítimas; el que domina las comunicaciones marítimas, es dueño del comercio mundial, y el que domina el comercio mundial es dueño de las riquezas del mundo; luego el que domina el mar domina el mundo”

Sir Walter Raleigh, 1616.



Introducción

Estudiar los intereses marítimos nacionales, exige necesariamente revisar procesos y relaciones conceptuales de sus componentes esenciales vinculados con la economía y por tanto con el desarrollo del país. Usualmente estudiamos los intereses marítimos en cinco componentes: comercio, recursos, industria, innovación y cultura marítima.

El presente ensayo se empeña en analizar preliminarmente los tres primeros componentes de los intereses marítimos por estar estrechamente relacionados con el proceso económico, para luego centrar la atención del lector en la relación economía y mercado respecto del proceso de desarrollo marítimo nacional.

Se aborda el tema en tres partes, en la primera se pretenden fijar conceptos trascendentes del proceso económico de los intereses marítimos, para luego pasar a revisar los componentes esenciales de una economía de mercado empeñada en el proceso de desarrollo gradual del país a través de la planificación estratégica. Por último, se arriban a conclusiones aplicables para futuros estudios sobre intereses marítimos, así como aportes de la doctrina marítima como fuente del derecho constitucional del país.

La cita del epígrafe nos motiva a desarrollar el tema que se presenta con visión estratégica y sistémica, toda vez que la situación mundial se acentúa cada vez más competitiva en un ambiente global e interdependiente.

1. Marco conceptual: procesos y relaciones

a. Comercio y economía

El comercio mundial de servicios de transporte marítimo -principalmente de carga-, representa más del 40% de las exportaciones mundiales de servicios de transporte. El 2008 –pese a la crisis global-, las exportaciones mundiales de tales servicios aumentaron un 16%, alcanzando así los 890.000 millones de dólares. (OMC: p. 117). Ver Figura 1. Sin embargo, el comercio marítimo no solo se limita al intercambio de servicios de transporte marítimo, sino al comercio de todo tipo de productos de bienes y servicios así como de factores de capital y trabajo relacionados con el uso del mar en beneficio del país y del mundo.

El comercio exterior del país constituye una de las principales actividades marítimas de interés nacional, porque resulta ser la razón de gran parte de la actividad acuática, de la existencia del transporte marítimo, de buques, marina mercante, puertos y terminales, construcción y reparación naval, autoridades y servicios portuarios, organismos internacionales, sistemas de conferencia, plataformas petroleras marinas, acuicultura y maricultura, y otras actividades comerciales relacionadas con el uso sostenible del mar. Lo anterior explica el contenido y alcance del término comercio marítimo, el cual es uno de los elementos básicos creadores de fuentes de trabajo, de desarrollo de riqueza, y razón de la existencia de un poder naval, para garantizarlo y protegerlo. (CEEM: p. 63)

El comercio marítimo desempeña un papel muy importante en la economía nacional, toda vez que más del 90% del comercio exterior peruano se realiza por vía marítima; así mismo, es una actividad económica que también tiene lugar a través del mar, ríos y lago navegables, en sus aspectos de cabotaje y comercio interno. Así mismo, el comercio marítimo incluye importaciones mediante las cuales es posible contar con bienes de capital que se requieren para el desarrollo de la producción nacional. En suma al 2009 el valor económico del intercambio comercial del país fue de USA$47,896 Millones, y representó el 37.58% del PBI nacional. (BCRP: p. 58)
















Figura 1: Valor comercial del transporte mundial

Fuente: elaboración propia

b. Comercio y mercado

Los intereses marítimos del país son la parte de los intereses nacionales, que comprende todos los beneficios derivados del uso sostenible del mar y sus recursos en provecho del desarrollo nacional. Por otro lado, los intereses marítimos son la expresión de una relación de tensión entre necesidades reales y pretensiones requeridas, que facilita a la planificación estratégica determinar recursos propios a defender y bienes o servicios ajenos a conquistar o adquirir, con el propósito de proteger y promover los intereses nacionales en el ámbito marítimo. (Doig: p. 121)


Comparar los procesos económico y logístico ayuda a explicar la relación del comercio con los intereses marítimos nacionales, toda vez que familiarizado el lector del tema con la logística naval se le facilita el estudio de la economía desde el punto de vista militar. (Salgado: p. 18) Ver Figura 2.


















Figura 2: Fases del proceso económico marítimo
Fuente: elaboración propia

La economía se relaciona con la logística, por las similitudes entre los factores de los respectivos procesos. En el proceso económico, los factores son: mercado, industria y comercio; en el proceso logístico, son: determinación de necesidades, obtención de recursos y distribución de medios. (Salgado: p. 27)

El mercado responde a la primera fase del proceso logístico, toda vez que la determinación de necesidades es hecha por agentes económicos, que concurren en forma libre por ley de oferta y demanda, mientras que en la logística esta determinación es dirigida absolutamente por la Administración. Esta fase en ambos procesos responde en común a un factor de consumo.

El comercio en la economía, se relaciona con la distribución de medios de la logística, y en ambos casos es un factor de consumo. El comercio responde a una acepción de intercambio, mientras que el mercado a una de lugar de concurrencia.
La conquista de nuevos mercados marítimos determinará el crecimiento del comercio marítimo nacional, en la medida de la relación de complementariedad que existe entre comercio y mercado, pues uno está en función del otro como la está la oferta en función de la demanda. Ver Figura 3.

El comportamiento del mercado global de mercancías tiene repercusión en el comercio del servicio de transporte marítimo mundial, observándose que: “Como consecuencia del descenso de la demanda y el aumento de la oferta, se ha registrado una disminución de los fletes [y fletamentos] respecto de sus niveles máximos de 2008” (UNCTAD: p. XIII).



















Figura 3: Distribución de la carga marítima nacional
Fuente: elaboración propia

La industria, empeñada en la obtención de recursos –renovables y no renovables-, que incluye la acuicultura y maricultura así como la minería en el ámbito marítimo, abarca la producción de bienes y servicios marítimos, tales como transportes, puertos, turismo, construcciones y reparaciones navales, corresponde a la segunda fase del proceso logístico, es un factor de producción en ambos procesos. Definimos por industria un “grupo de compañías oferentes de productos o servicios que son substituto cercanos entre sí” (Hill: p. 69).
La diferencia entre industria marítima y naval persigue distinguir la última en el grupo de construcciones y reparaciones navales, aun cuando forma parte del conjunto de empresas relacionadas con productos y factores relativos al uso y recursos del mar, que se pretenden agrupar en el término de industria marítima con fines didácticos.

c. Innovación e identidad

Tanto el uso sostenible del mar como la optimización y preservación de sus recursos renovables y no renovables, descansan en la investigación científica y tecnológica y su consecuente desarrollo marítimo -en armonía con el desarrollo del país-. La innovación marítima es el componente espejo del desarrollo de los intereses marítimos nacionales, pues se sustenta interactivamente en el grado de educación y cultura alcanzado por la sociedad en su conjunto.

Por otro lado, la identidad marítima es componente esencial de los intereses marítimos porque expresa el sentido de propiedad de la población al bien común marítimo nacional en tanto lazos étnicos, artísticos, deportivos, educativos y culturales que impulsan el desarrollo marítimo, así mismo es un elemento de política marítima nacional por el componente de la nacionalidad en razón al vínculo jurídico político del ciudadano con el Estado.

La naturaleza de la identidad marítima de un país está en el sentido de fidelidad de la población con el medio marítimo y se compone de dos elementos esenciales, de un lado el sentido de pertenencia de la población marítima con su comunidad nacional en términos de educación y cultura, y en otro extremo por el sentido de propiedad individual y colectiva en su esfera de actividad marítima tutelada por el Estado en términos de intereses individuales y colectivos. (Doig: p.107)

El elemento común que interrelaciona ambos componentes en el estudio de los intereses marítimos -innovación e identidad-, es el grado de educación y cultura alcanzado por el desarrollo y bienestar social del país. La diferenciación con los otros componentes de los intereses marítimos, -de medios económicos: mercado, industria y comercio-, está en la naturaleza de medios y fines a la vez para el desarrollo sostenible del país.

El enfoque estratégico y sistémico del desarrollo nacional es integral porque permite percibir sus elementos componentes de innovación e identidad en interactividad sinérgica de un todo mayor a la suma de sus partes impulsor de un supra sistema, configurado por la conciencia nacional y los intereses nacionales. Esta visión integral se orienta hacia la sostenibilidad del desarrollo del país. Ver Figura 4.














Figura 4: Proceso de desarrollo marítimo nacional

Fuente: elaboración propia

2. Análisis: economía y mercado


a. Contexto interno: economía social de mercado


El régimen económico que la Constitución Política del Estado establece, se debe ejercer en el marco de una economía social de mercado, y bajo dicho régimen el Estado debe orientar el desarrollo del país (CPP, 1993: art. 58º), esta es la opción que el constituyente prefiere en armonía con la norma fundamental de un Estado social y democrático de Derecho: la constitución económica de un régimen que se ubica en una tercera opción, entre el llamado Estado liberal de un sistema puro de mercado, y el Estado socialista de un sistema de dirección o planificación central de control del mercado. (TC: f. 16). Ver Figura 5.
















Figura 5: Libre competencia e iniciativa privada
Fuente: elaboración propia

Sobre la norma fundamental vigente, se centra la discusión entre dos interpretaciones. En un extremo, una economía de mercado basada en la libertad e iniciativa privada que admite por excepción la intervención del Estado, y en el otro extremo una economía mixta en la que se combinan de forma asistemática las actuaciones públicas y privadas según las necesidades del momento, y que reconoce el papel protagónico del Estado en la economía (Ariño: p. 130).

Sin lugar a dudas, nuestro régimen constitucional se ubica en la primera interpretación por la actuación subsidiaria del Estado en la economía (CPP: art. 60º), toda vez, que el supremo tribunal interprete de la constitución señala “...el Estado no puede permanecer indiferente a las actividades económicas, lo que en modo alguno supone la posibilidad de interferir arbitraria e injustificadamente en el ámbito de libertad reservado a los agentes económicos” (TC: f. 16).

Al descartar la opción de un régimen de economía mixta –que admite según las circunstancias la opción de una economía dirigida o controlada del mercado-, se definen tres formas de intervención del Estado en el mercado, sustentadas en los principios de subsidiaridad estatal y de libre iniciativa privada: regulación (1), planificación económica (2) y actividad empresarial (3) (Kresalja: p. 386). Planificación que “…aunque no sea jurídicamente coactiva debe encauzar la acción empresarial privada hacia la realización de los objetivos nacionales fijados por el plan [estratégico nacional]” (Ariño: p.135). En el contexto nacional, la distinción se dará evidentemente entre planificación económica privada y planificación estratégica pública -por el Estado-. Ver Figura 6.

Por otro lado, el desarrollo del país tiene estrecha vinculación con la defensa de la soberanía nacional (CPP: arts. 58º, 165º y 171º), en armonía con los intereses nacionales (CPP: art. 38º), donde “…la manifestación más evidente de la soberanía estatal es su territorialidad” con especial interés en su dimensión marítima, pues “En este marco espacial de triple expresión –terrestre, marítima y aérea- la autoridad estatal monopoliza en principio todos los poderes sobre las personas –nacionales y extranjeros-, actos y cosas que allí se sitúan, legislando, juzgando y ejecutando los dictados de su ordenamiento” (Remiro, p.76)

El análisis anterior nos permite afirmar con criterio jurídico que soberanía, desarrollo y defensa, son conceptos estrechamente vinculados por el contenido esencial de dos principios constitucionales: Independencia e igualdad entre Estados (1), e Integridad territorial y recursos naturales (2). Así como, con el deber de todos los peruanos como personas naturales y jurídicas a defender los intereses nacionales y el derecho constitucional del país


















Figura 6: Formas de intervención del Estado
Fuente: elaboración propia

b. Contexto externo: economía libre de mercado


La naturaleza jurídica del régimen económico constitucional se ubica en el marco internacional de una economía libre de mercado –de autorregulación del mercado-, situación caracterizada por la competitividad en un proceso de globalización de intensa interdependencia entre agentes del mercado mundial, en un entorno de cambio constante.

Así, “La globalización requiere que los administradores de una organización respondan a cuestiones culturales y ajenas al mercado más complejas, que enfrenten retos más grandes al evaluar y transferir la mejor práctica y que tomen decisiones más difíciles de asignación de recursos” (Saloner: p. 330).

Uno de los cambios más sorprendentes y profundos en las relaciones internacionales ha sido la expansión global de empresas y economías, tanto por el comercio como por las inversiones. El factor determinante en dicha expansión global, ha sido la llamada economía de localización que surge del desarrollo de una actividad de creación de valor en el país óptimo para tal efecto. (Hill: p. 230)

La expansión de mercados por empresas transnacionales, motivada por las economías de localización, ha comprometido con mayor sensibilidad la acción reguladora del Estado bajo el régimen de una economía social de mercado, por la obligación de dilucidar sus responsabilidades internacionales ante tribunales arbitrales según Convenio CIADI (1965) que suscribió en 1993 (BM, 2010), sujetando el derecho nacional al ordenamiento internacional, toda vez que en la práctica, “…el arbitraje internacional ha sido concebido por determinados tribunales CIADI únicamente como un mecanismo de protección de inversiones, en el que las legítimas facultades regulatorias de los Estados receptores de inversión no han sido igualmente consideradas” (Carbajal: p. 212).

La relación jurídica internacional entre Estados y empresas transnacionales, en un mercado mundial cada vez más global e interdependiente, exige a los Estados perfeccionar mecanismos y procedimientos institucionales a fin de hacer cada vez más eficiente su Administración, más aún cuando por propia norma constitucional se otorgan garantías especiales a empresas u otros Estados, como los contratos-ley (CPP: art. 63º), que favorecen la planificación estratégica aplicada en la relación para proteger los intereses nacionales.

c. Síntesis: proceso de desarrollo nacional

La aplicación efectiva del concepto de mercado global en un espacio marítimo sin fronteras implica modificar el marco regulador y administrativo existente, camino hacia una futura política marítima de integración sub regional o regional (UE: p. 13), sustentada en la planificación estratégica del desarrollo nacional.

Al no contar el Estado con un plan estratégico nacional que oriente el desarrollo marítimo del país, se encuentra en una sensible posición de desventaja competitiva frente a nuevos actores de las relaciones internacionales, por las condiciones de cambio constante que caracterizan el momento actual y porque “la interdependencia es probablemente la piedra angular del enfoque sistémico del planeamiento” (Herrscher: p. 128), en el proceso de desarrollo nacional.

Por otro lado, tanto la defensa de la soberanía territorial como la orientación del desarrollo del país son conceptos jurídicos vinculados con el deber de todos los peruanos de proteger los intereses nacionales, criterios que dan consistencia al reconocimiento de los intereses marítimos nacionales por norma fundamental (CPP: arts. 38º, 58º y 59º), a fin de crear las condiciones para su protección y planificación estratégica al más alto nivel del país.

3. Conclusiones

a. El comercio y el mercado deben constituir el primer factor de análisis en el estudio de los intereses marítimos nacionales, pues coinciden en ser ambos un factor de consumo en estrecha relación funcional de complementariedad.

b. Los mercados marítimos, se delimitan y configuran en territorios aduaneros a cargo de las administraciones estatales y por la concurrencia de los agentes económicos en oferta y demanda –de proveedores y consumidores de productos y factores estrechamente relacionados con el uso sostenible del mar-.

c. El comercio marítimo comprende el intercambio de productos y factores, esto es de bienes y servicios así como de capitales y trabajo relativos al uso sostenible del mar y sus recursos. El transporte marítimo, los terminales marítimos y la logística interna deben ser estudiados prioritariamente en el comercio de servicios marítimos del país.

d. La planificación estratégica del Estado se ofrece como el instrumento más apropiado para orientar el desarrollo sustentable del país, a fin de satisfacer los intereses marítimos nacionales en una economía de mercado global que se proyecta hacia un espacio marítimo sin fronteras.

e. Existen fundamentos de economía y desarrollo nacional sustentados en la estrecha relación que vincula los conceptos jurídicos de defensa de la soberanía territorial marítima, y orientación del desarrollo marítimo del país, que se conjugan con el deber de todos los peruanos en proteger los intereses nacionales, para el reconocimiento de derechos e intereses marítimos por norma constitucional.


BIBLIOGRAFÍA


ARIÑO, Gaspar. (2004) Principios de Derecho Público Económico. Modelo de Estado, Gestión Pública, Regulación Económica. Editorial Comares, Granada.

BCRP. Banco Central de Reserva del Perú. (2010) Memoria 2009.

BM, Banco Mundial. (2006) Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados, CIADI, Nueva York, 1965. Editado por el BM, Washington.

CARBAJAL, Christian. (2004) Responsabilidad internacional de los estados frente a los inversionistas extranjeros: comentarios en torno a la debida aplicación del derecho por los tribunales CIADI. En: Agenda Internacional -- Año 10, no. 20, PUCP, IDEI, pp. 195-213.

CPP. (2010). Constitución Política del Perú. Lima: Edición Oficial.

DOIG, Jean. (2010) “Pensamiento estratégico marítimo: retos y posibilidades”. Revista del Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú. Lima, 2008-2009, 28-29, pp. 101-122. HERRSCHER, Enrique. (2005) Planeamiento Sistémico. Buenos Aires: Ediciones Macchi.

HILL W., Charles y otros. (2000) Administración Estratégica. Un enfoque integrado. Colombia: Editorial McGraw-Hill.

IEHMP. Comisión de Estudios Estratégico-Marítimos, CEEM. (2008) Fundamentos de Doctrina Marítima. Lima: CEEM.

KRESALJA, Baldo y OCHOA, César. (2009) Derecho Constitucional Económico. Lima: Editorial PUCP.

OMC. Organización Mundial del Comercio. (2010) El comercio de servicios comerciales.

REMIRO, Antonio. (1997). Derecho Internacional. Madrid: McGraw-Hill.

SALGADO A., Jesús. (1973) Logística General y Naval Operativa. Madrid: Nuevas Gráficas S. A.

SALONER, Garth y otros. (2005) Administración Estratégica. México: Editorial Limusa Wiley. TC. Tribunal Constitucional del Perú. (2010) Sentencia al EXP Nº0008-2003-AI/TC del 11.11.2003.

UE. Comisión de las Comunidades Europeas. (2010) Bruselas: SEC (2007) 1278/2.

UNCTAD. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. (2010). El Transporte Marítimo en 2009.


* Contralmirante MGP. Fundador y colaborador de «Foro Geomarítimo». Catedrático invitado de la Escuela Superior de Guerra Naval del Perú. Miembro Activo CEEM y Presidente del Comité de Trabajo Permanente CEEM «Doctrina Marítima».



jueves, 11 de noviembre de 2010

Doctrina Nacional: Poder Militar y Democracia

LA FE DE LAS FUERZAS ARMADAS DEL PERÚ
Raúl Parra Maza *

PRESENTACION

En el libro “El Choque de Civilizaciones y la Reconfiguración del Orden Mundial” de Samuel P. Huntington, se afirma:
“... la fuente fundamental de conflictos en el universo posterior a la guerra fría no tiene raíces ideológicas o económicas, sino mas bien -el choque de civilizaciones dominará la política a escala mundial; las líneas divisorias en las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro-.
El mundo de la posguerra fría se caracteriza por ser multipolar y multicivilizacional donde predominan los aspectos netamente sociales, entre étnicos, religiosos, etc. Occidente es y seguirá siendo en los años venideros la civilización más poderosa. Sin embargo, está declinando con respecto a otras civilizaciones. El Poder se está desplazando de Occidente hacia civilizaciones no occidentales. Los conflictos intercivilizatorios adoptan dos formas:

  • Los conflictos de línea de fractura que se producen entre Estados vecinos pertenecientes a etnias e intereses contrapuestos, entre grupos de diferentes etnias dentro de un Estado y entre grupos adversos intentando crear nuevos Estados, a partir de ruinas u otros viejos. Este tipo de conflictos predomina no solo entre musulmanes y no musulmanes.
  • Los conflictos de Estados Centrales se dan en el plano mundial o universal entre los grupos de diferentes etnias, religiones e intereses contrapuestos”.

Esta versión de Huntington, a grandes rasgos confirma que entre Estados no existen amigos o enemigos, sino intereses afines o contrapuestos para el desarrollo interno y vinculatorio. En este sentido, creo oportuno volver a poner en discusión los términos de referencia y las hipótesis para definiciones trascendentales sobre las Fuerzas Armadas de un país como el Perú que ha tenido y guarda en su historia hechos de imprevisión e improvisación que han afectado grandemente su geografía e historia.

INTRODUCCION

Visualicemos las batallas de Junín y Ayacucho de 1824, por su estrategia y logística, con las cuales se sellaron las Independencias tanto del Perú como de América, asimismo, el combate de 2 de Mayo de 1866, con el que se reconfirmó la liberación americana.
También, recordemos la campaña de la Breña y al mismo tiempo miremos al actual terrorismo inesperado por lo imprevisto y sus resultados todavía provisionales, además visualicemos el juego de intereses sobre recursos naturales y elementos esenciales para la vida que movilizan poblaciones ávidas de bienestar y seguridad y de aquellas que no escatiman el afán de desestabilizar el ordenamiento vigente interno y externo para obtenerlo.
Desde aquellas épocas hasta nuestros días, dentro de los avatares republicanos, la nación peruana con su diversidad ha venido evolucionando con polarización de posiciones y situaciones de su efervescente realidad, sumida en conflictos internos de identidades de las diversas culturas existentes y en medio de la simbiosis del mestizaje con aportes de culturas de otros continentes, sus costumbres e ideologías, además de sus influencias.
Hasta ahora, mucho se ha hablado y escrito sobre las Fuerzas Armadas del Perú, sus misiones de tutelaje nacional de la seguridad y su rol en la democracia, donde civiles y militares han perfilado interpretaciones derivadas de sentires de interés personal o colectivos, dentro de las corrientes políticas, económicas, sociales y militares.
Este es el marco de los dominios marítimo, aéreo y terrestre (Mar, Costa, Ande, Amazonia y Altiplano peruanos) que se tiene que asumir, con la convicción que, equivocados o no, los hechos de la Historia Nacional se han impregnado con la intervención de muchas personas foráneas y nacionales, que con valentía, tomaron decisiones sobre la realidad peruana, incluso sabiendo que esta siempre ha sido y es patética e injusta para la mayoría de los peruanos de antes y también de hoy, por la elevada carencia de idoneidad para resolver la carga social de ignorancia e indigencia y dentro de la paradoja de “tener de todo y no sentirnos seguros de nada”.
Ojalá que ahora, después de la primera década del tercer milenio, conservemos la fe que el Perú siempre necesita, y trabajemos prospectivamente para corregir las causas que han motivado todas las nefastas consecuencias de nuestra exigente realidad.

A. Principios Doctrinarios Castrenses

Las Fuerzas Armadas del Perú, herederas de las fuerzas libertadoras, que no fueron otras que el pueblo en armas para terminar con el virreinato español y alcanzar nuestra libertad y consolidar, en Ayacucho, la de los otros pueblos latinoamericanos, están conscientes de que su fortaleza y su proyección dependen del apego a las virtudes y condiciones siguientes, que deben caracterizar a todos y cada uno de sus integrantes y sus trascendencias:

  • "El espíritu de institucionalidad a prueba de cualquier tentación"
  • "El sentimiento de acatamiento a las disposiciones del ordenamiento legal vigente en su carácter apolítico", con la conciencia de ciudadano con derecho al voto.
  • "La sólida fortaleza para saber vencer todos y cada uno de los obstáculos y oposiciones al desarrollo y soberanía peruana con la preparación y logística que la seguridad del Perú requiere".
  • "La disciplina inquebrantable como línea de conducta para obtener el mejor resultado en todos los esfuerzos: la lealtad a los superiores y líneas de mando; la discreción, la prudencia, la serenidad, la firmeza en el acatamiento de la situación militar; el servir a la patria con honestidad, amarla con honradez, estar siempre dispuesto a los sacrificios sin medida, por la felicidad, la prosperidad y engrandecimiento de la nación peruana".
  • “Definiciones claras sobre los términos de referencia llenos de posibilidad, realidad e idoneidad para el cumplimiento de sus misiones”.

B. El rol de Las Fuerzas Armadas en el Sistema Democrático

Como siempre, la población urbana y rural espera de sus Fuerzas Armadas, un mensaje optimista y esperanzador, de plena fe en el destino democrático del Perú; puesto que hemos requerido un proceso de reiterada afirmación de la autodeterminación popular y de consolidación de las conquistas políticas y sociales de la democracia como sistema, pero también, con la real comprensión y entendimiento de sus obligaciones y necesidades extremas.
Por ello, en armonía con el pensamiento político-democrático de consenso y su perfeccionamiento progresivo, existe la convicción de que el voto popular es la única fuente que ha permitido asegurar el disfrute del "sistema de gobierno menos imperfecto, que produce la mayor suma de felicidad, seguridad integral y de estabilidad política posible".
En este sentido, estoy seguro, que las Fuerzas Armadas, en base a su conducta institucional, enmarcada y coherente con las definiciones de la Carta Magna , serán siempre los garantes del respeto, la defensa y de la vigencia de la democracia, más ahora que se tiene la responsabilidad de ejercer el voto como todo ciudadano, respaldando al pueblo peruano en las elecciones de cada quinquenio constitucional, para que pueda expresar libremente su voluntad, con la madurez cívica dentro del juego político pluralista y, al mismo tiempo, para desbrozar de obstáculos y oposiciones a los cursos del desarrollo y superación de los problemas nacionales e internacionales en los campos político, económico, social y militar.
La historia acredita este papel protagónico que se aprecia, ahora, en la pervivencia del sistema de gobierno, no obstante los avatares de las crisis política-económico-social, además con terrorismo y narcotráfico, etc., pues el pueblo peruano se ha sentido asistido por la lealtad de sus Fuerzas Armadas dentro del más riguroso apego a las voluntades populares.
Es así que, por lo que entraña de sentido histórico y de lección pedagógica, es oportuno recalcar, ahora, cuando la institucionalidad constitucional sigue consolidándose, el concepto doctrinal definido por las Fuerzas Armadas: "El firme propósito de que nada ni nadie desviará la línea de conducta trazada constitucionalmente, que los gobiernos serán elegidos por las mayorías nacionales".
Esta es la convicción que perdura como la única posición legal que hará recuperar totalmente el cariño y la estimación de los peruanos y ayudará a erradicar de sus mentes los hechos e intentos de separar a las fuerzas armadas de su pueblo, indebidamente.

C. La Lección Democrática

El proyecto democrático es posible porque el Liderazgo Nacional y sus Fuerzas Armadas han asimilado las enseñanzas de anteriores fracasos. Un duro aprendizaje, pues se ha hecho con sangre a través de nuestra historia. Todos estos fracasos los tenemos que recordar para eliminar toda posibilidad de repetir las causas y los hechos, pues es la explicación de la lección aprendida para la democracia y tranquilidad estable que queremos y debemos disfrutar siempre.
Para ello, debemos recordar que la democracia acepta el pluralismo y la controversia inherente dentro del ejercicio de la libertad, con sus derechos y obligaciones y también procura regular el conflicto interno y externo con las fuerzas armadas, para garantizar estabilidad, gobernabilidad y continuidad institucional, sometiendo al sistema político a ciertas reglas como la atención e incentivación moral y económica coherente con las responsabilidades de preparación para la acción y los sacrificios hasta con la vida misma. Si tales reglas no se respetan no será posible el juego democrático deseable.

D. Constitución y Fuerza Armada

La proyección democrática del país hacia el futuro y la estabilidad institucional de sus Fuerzas Armadas, están respondiendo a un consenso nacional a través de un respaldo y apoyo mutuo, incluso con la pérdida y el sacrificio de muchas y valiosas vidas y, a la vez, con la necesaria sanción de todas aquellas personas frágiles que no supieron responder al fuerte impacto de la responsabilidad ética y moral exigentes.
Sobre las Fuerzas Armadas, la Constitución del Perú tiene establecida con la mayor claridad y precisión sus finalidades y misiones de defensa interior del territorio y protección del patrimonio y la soberanía nacional y, para cuando la seguridad integral lo requiera y exija, actuará contundentemente ante y contra todo adversario y/o enemigo de la seguridad de la Nación Peruana.
Asimismo, establece el principio de apoliticismo, el poder del voto otorgado, que implica, en su interior, conocer y mantenerse al margen de la controversia política, de las luchas interpartidistas, pues se orienta a preservar la unidad interna para el cumplimiento de sus misiones. También, la no deliberación que choca con los derechos de expresión, no obstante ello, se orienta a la obediencia, la subordinación, unidad de mando, moralidad y empleo útil de sus medios y propósitos más idóneos. Lo que no tiene nada que ver con el derecho al voto electoral de las Fuerzas Armadas y sus reglas de enfrentamiento.

E. Los Objetivos Democráticos

Para renovar y fortalecer la mística nacional por la democracia ha sido indispensable activar la capacidad creadora del país y ha demandado una redefinición de objetivos de bienestar y seguridad indispensables e ineludibles.
Esa redefinición tiene que hacerse en consonancia con los retos de protección de los intereses asumidos, para el desarrollo de la sociedad peruana, con las exigencias del Perú que aspiramos en el presente tercer milenio.
Ha llegado la hora, por el tiempo transcurrido de libertad republicana, de perfilar rutas innovadoras y actuar por el despegue del Perú, frente al desafío prospectivo de descentralización y regionalización macroeconómica y frente al atraso socio-económico que lo ha detenido por mucho tiempo, y así poder ocupar, cuanto antes, el espacio y sitial que, por calidad, méritos y seguridad, le corresponde en la comunidad internacional.
Este gran reto del Perú y particularmente de la sociedad democrática y sus fuerzas armadas tienen que ver con ese futuro de amplio, mutuo e integral entendimiento entre ambas. ¿Qué queremos en este tercer milenio? ¿Qué queremos que sea el Perú el año 2021 al celebrar 200 años de vida independiente?
Allí está el desafío. Un desafío para los entendimientos y acuerdos políticos, económicos, logísticos y estratégicos. Para que dejemos la rencilla estéril y propiciemos el acontecimiento maravilloso de la paradoja de unidad nacional dentro de la diversidad étnica, cultural y geográfica. Un desafío para la acción solidaria y mancomunada.
La democracia es posible por el equilibrio estable de consenso entre el bienestar y la seguridad. Estos y otros importantes objetivos tienen que ver con el Perú que todos queremos, y en esta gran tarea, toca a las Fuerzas Armadas un preponderante papel protector dentro del ordenamiento trascendente del país.

* Contralmirante MGP. Fundador y colaborador de «Foro Geomarítimo». Presidente Emérito de la Sociedad Geográfica de Lima.