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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Doctrina Nacional: planteamientos

UNA VISIÓN DEL CONCEPTO DE BIENESTAR, SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL

Raúl Parra Maza*


En las últimas décadas del siglo XX hemos visto los cambios que se produjeron como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, las guerras de Corea, de Vietnam y las guerrillas pro-comunistas y terrorismo por el mundo, así como la Guerra Fría que finalizó sin pena ni gloria, pero con elevadas pérdidas de vidas humanas y el sacrificio de grandes potenciales tangibles e intangibles que resultaron desperdiciados por la destrucción de infraestructura, de organizaciones e instituciones para el desarrollo de naciones y de los servicios esenciales para la vida.

También, en el Perú, hemos sido testigos del tránsito de gobiernos de diversas tendencias con supuestos que ellos pudiesen lograr, para el pueblo, mayor bienestar y felicidad, sin embargo hasta hoy este objetivo aún no ha podido cumplirse integralmente.

Nadie puede dudar que el ejercicio profesional de carreras civiles, sobre todo de política es importante, pues hace a las personas profesionales capaces de ejercer el arte de dirigir, gobernar y liderar. Se organizan en empresas, partidos o grupos independientes con distintos fundamentos administrativos, filosóficos e ideológicos, pero todos con un objetivo común: “Lograr el bienestar otorgando felicidad personal en concreto”, fundamentos que han consolidado las ideas sobre el sistema democrático como el menos imperfecto para el logro de los objetivos nacionales.

Asimismo, resulta importante tener en cuenta que por formación, los miembros de las fuerzas armadas, son profesionales de la guerra que actúan en todos los espacios de tierra, mar o aire; por tanto, es su obligación dominar este arte con el objeto de obtener victorias, coadyuvar a mantener la paz y bienestar del Estado.

Son pues, el ejercicio civil, sobre todo de la política y el dominio del arte militar, dos honorables ámbitos profesionales, distintos por naturaleza, pero en esencia interrelacionados, no obstante que sus campos de acción están propiamente delimitados y son no competitivos.

Al respecto, nuestro país, posee potencial humano y recursos naturales, en calidad y cantidad suficientes para poner en funcionamiento la poderosa maquinaria del desarrollo sostenible con la necesaria garantía de seguridad por medio de una defensa actualizada, moderna y efectiva.

Sin embargo, esta tarea no es sólo para iluminados, pues son los sectores de nuestra sociedad, los actores responsables para ello. En este sentido, el concepto de seguridad en cualquier época, implica la existencia de amenazas internas y externas, también de desastres naturales. Esto es aplicable a ordenamientos territoriales, fronteras, vinculaciones externas, etc., lo mismo que a las personas, dentro de los retos y desafíos que intentan la obtención de sus intereses y aspiraciones.

En todos los análisis de la realidad peruana, encontramos que la pobreza, la ignorancia, la precaria idoneidad y el atraso socio-económico son las causas más profundas de inestabilidad, inseguridad, injusticia y de los más graves riesgos para la democracia. Estos defectos son capaces de generar, todo tipo de convulsiones sociales y constituyen actualmente las reales amenazas a la seguridad interna y externa del país.

Es evidente, entonces, que el propósito de la seguridad integral es establecer protección para alcanzar el bienestar general del país abarcando todos los espacios circundantes para el desarrollo sostenible; de tal manera que el Perú disfrute de paz, armonía, respeto y confianza, promoviendo simultáneamente la eliminación de todo intento que implique vulnerar el desarrollo socio-económico, militar y tecnológico.

También hay que atender al estamento militar, que tiene obligaciones de dar seguridad y garantías contra riesgos y desafíos que afecten al país, a través del sistema de defensa preparado estratégica, logística y moralmente incentivado, respetando la organización y culturización del pueblo, la conservación del ambiente, garantizando la independencia, la soberanía y la integridad territorial, la observancia fiel de los tratados, convenios internaciones y los derechos humanos, todo esto con el presupuesto de una democracia segura y eficaz.

Por tanto, no es factible la seguridad integral, eliminando o reduciendo unilateral e indiscriminadamente a las fuerzas armadas sino preparándolas para la defensa de los objetivos estratégicos del país en tierra, mar y aire, ante cualquier agresión interna o externa y proteger los intereses nacionales en el exterior.

TÉRMINOS DE REFERENCIA PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN

1. Los últimos años del siglo XX se han caracterizado por la rapidez, amplitud y dramatismo de los cambios que han acontecido en el escenario nacional. El sistema de equilibrio de vida de las últimas tres décadas es hoy objeto de una revisión profunda. Tanto en lo político como en lo socio-económico y castrense; la posición relativa del país se ha visto alterada, pues nuevos polos geoeconómicos y posibilidades en las relaciones con el interior y externas son un signo distintivo del momento, dentro de una intervinculación movilizada por los avances de la ciencia y tecnología.

2. Asimismo, internacionalmente las grandes expectativas que produjo el fin de la Guerra Fría han resultado, por lo menos apresuradas. El surgimiento de las democracias y de la economía de mercado no ha constituido la panacea global que, en forma prematura, se anticipó. Durante las últimas décadas del siglo pasado una gran cantidad de resentimientos y rivalidades, ambiciones y odios se mantuvieron encubiertos, bajo la cortina del llamado “equilibrio nuclear del terror” que aún perdura en la actualidad.

Al disminuir este equilibrio, antiguos reclamos han dado pie a resurgimientos de conflictos para adquirir territorio, modificar fronteras, romper dominaciones históricas, ideológicas, religiosas, etc., y corregir agravios de conflictos del pasado, alcanzar sueños de control económico y de recursos naturales. Ahora, el siglo XXI ha heredado nacionalismos fundamentalistas y fanatismos que son responsables, en algunos casos, de las crisis entre y en los Estados. Un ejemplo reciente es la gran crisis económica y estratégica mundial del 2009 y que aun ahora agobia a los países.

3. En términos castrenses se puede decir, que por más de 40 años Estados Unidos y sus aliados pelearon y ganaron la Guerra Fría. En Latinoamérica ese resultado costó muchas pérdidas económicas y de vidas, ese fue el precio para que el comunismo internacional no ocupara un espacio geográfico fundamental para su triunfo final.

Sin embargo, a la hora de usufructuar beneficios del triunfo, los países latinos aliados y entre ellos el Perú, no parecen encontrar situaciones favorables, pues están endeudados, con enfrentamientos no resueltos entre sus clases sociales, con terrorismo, narcotráfico y corrupción. Las democracias se encuentran de cara al desafío que significa satisfacer las necesidades y carencias que sus sociedades reclaman.

4. También, sabemos que en la antigüedad, las desigualdades eran toleradas porque los continentes estaban separados y caracterizados por un distanciamiento cultural. En la actualidad el mundo se ha vuelto más próximo e interrelacionado, las noticias corren a tiempo real, lo que también ha caracterizado un debilitamiento político masivo que hace que las desigualdades se vuelvan no tolerables. Divulgar este concepto estimula un rechazo de la clase política y en un futuro próximo este rechazo puede ser incentivado, expresándose más como un resentimiento a través de una acción organizada.

5. Así, la democracia no puede fortalecerse sobre un horizonte de ignorancia e indigencia, pues, la paz, la seguridad y la estabilidad son y seguirán siendo inciertas, mientras no sean reducidas, tanto que producen la desesperanza que causa creciente e incontrolables flujos migratorios, al igual que los fracasos para derrotar al terrorismo y narcotráfico, el incremento de las epidemias, la explotación irracional del medio ambiente, etc. En suma; son causales de inseguridad, precaria libertad y otros riesgos que se enfrentan en el país.

6. En el Perú, muchos están sintiendo estas desfavorables condiciones y exigen se le permita encontrar su propia identidad, desarrollarse en sus medios sociales y proteger sus recursos humanos y naturales con el respaldo de la seguridad integral que debe proporcionar la defensa nacional.

No cabe duda que un país funcionando bajo un complicado ordenamiento y desarrollándose simultáneamente, donde juegan infinitas variables que atentan contra el equilibrio y la paz, es difícil imaginarlo sin conflictos.

En conclusión, podemos asumir que el Perú, está agobiado por la confusión filosófica de su pasado histórico, lo que augura períodos de difícil prospectiva. Los principales desafíos tienen simultáneamente dimensiones geopolíticas, socioeconómicas e ideológicas.

El primero pertenece al reacomodo geopolítico luego del colapso ideológico de regímenes totalitarios, resultando conflictos vecinales y regionales por contraste de desarrollos relativos. El segundo involucra fundamentalmente las crisis producidas por insatisfechas respuestas que viene mostrando la misma democracia representativa. El tercero sopesa las posibilidades de nuevos conflictos dominantes que pondrán a prueba la eficacia y estabilidad de los propósitos y objetivos logrados y por alcanzar.

Todo esto, implica el aumento de crisis de intereses político económico y de seguridad, especialmente cuando las demandas racionales tienen respuestas intolerantes, lo que determina revaluar obligatoriamente los conceptos estratégicos de bienestar general, seguridad integral y defensa nacional.

*Contralmirante MGP. Presidente Emérito de la Sociedad Geográfica de Lima.

martes, 7 de septiembre de 2010

Democracia es equilibrio: bienestar y seguridad

LA FE DE LA FUERZA ARMADA DEL PERU
Raúl Parra Maza *

PRESENTACION

En el libro “El Choque de Civilizaciones y la Reconfiguración del Orden Mundial” de Samuel P. Huntington, se afirma:

“... la fuente fundamental de conflictos en el universo posterior a la guerra fría no tiene raíces ideológicas o económicas, sino mas bien -el choque de civilizaciones dominará la política a escala mundial; las líneas divisorias en las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro-.

El mundo de la posguerra fría se caracteriza por ser multipolar y multicivilizacional donde predominan los aspectos netamente sociales, entre étnicos, religiosos, etc.

Occidente es y seguirá siendo en los años venideros la civilización más poderosa. Sin embargo, está declinando con respecto a otras civilizaciones. El Poder se está desplazando de Occidente hacia civilizaciones no occidentales.

Los conflictos intercivilizatorios adoptan dos formas:

• Los conflictos de línea de fractura que se producen entre Estados vecinos pertenecientes a etnias e intereses contrapuestos, entre grupos de diferentes etnias dentro de un Estado y entre grupos adversos intentando crear nuevos Estados, a partir de ruinas u otros viejos. Este tipo de conflictos predomina no solo entre musulmanes y no musulmanes.

• Los conflictos de Estados Centrales se dan en el plano mundial o universal entre los grupos de diferentes etnias, religiones e intereses contrapuestos”.

Esta versión de Huntington, a grandes rasgos confirma que entre Estados no existen amigos o enemigos, sino intereses afines o contrapuestos para el desarrollo interno y vinculatorio.

En este sentido, creo oportuno volver a poner en discusión los términos de referencia y las hipótesis para definiciones trascendentales sobre las Fuerzas Armadas de un país como el Perú que ha tenido y guarda en su historia hechos de imprevisión e improvisación que han afectado grandemente su geografía e historia.

INTRODUCCION

Visualicemos las batallas de Junín y Ayacucho de 1824, por su estrategia y logística, con las cuales se sellaron las Independencias tanto del Perú como de América, asimismo, el combate de 2 de Mayo de 1866, con el que se reconfirmó la liberación americana.

También, recordemos la campaña de la Breña y al mismo tiempo miremos al actual terrorismo inesperado por lo imprevisto y sus resultados todavía provisionales, además visualicemos el juego de intereses sobre recursos naturales y elementos esenciales para la vida que movilizan poblaciones ávidas de bienestar y seguridad y de aquellas que no escatiman el afán de desestabilizar el ordenamiento vigente interno y externo para obtenerlo.

Desde aquellas épocas hasta nuestros días, dentro de los avatares republicanos, la nación peruana con su diversidad ha venido evolucionando con polarización de posiciones y situaciones de su efervescente realidad, sumida en conflictos internos de identidades de las diversas culturas existentes y en medio de la simbiosis del mestizaje con aportes de culturas de otros continentes, sus costumbres e ideologías, además de sus influencias.

Hasta ahora, mucho se ha hablado y escrito sobre las Fuerzas Armadas del Perú, sus misiones de tutelaje nacional de la seguridad y su rol en la democracia, donde civiles y militares han perfilado interpretaciones derivadas de sentires de interés personal o colectivos, dentro de las corrientes políticas, económicas, sociales y militares.

Este es el marco de los dominios marítimo, aéreo y terrestre (Mar, Costa, Ande, Amazonia y Altiplano peruanos) que se tiene que asumir, con la convicción que, equivocados o no, los hechos de la Historia Nacional se han impregnado con la intervención de muchas personas foráneas y nacionales, que con valentía, tomaron decisiones sobre la realidad peruana, incluso sabiendo que esta siempre ha sido y es patética e injusta para la mayoría de los peruanos de antes y también de hoy, por la elevada carencia de idoneidad para resolver la carga social de ignorancia e indigencia y dentro de la paradoja de “tener de todo y no sentirnos seguros de nada”.

Ojalá que ahora, después de la primera década del tercer milenio, conservemos la fe que el Perú siempre necesita, y trabajemos prospectivamente para corregir las causas que han motivado todas las nefastas consecuencias de nuestra exigente realidad.

A. PRINCIPIOS DOCTRINARIOS CASTRENSES

Las Fuerzas Armadas del Perú, herederas de las fuerzas libertadoras, que no fueron otras que el pueblo en armas para terminar con el virreinato español y alcanzar nuestra libertad y consolidar, en Ayacucho, la de los otros pueblos latinoamericanos, están conscientes de que su fortaleza y su proyección dependen del apego a las virtudes y condiciones siguientes, que deben caracterizar a todos y cada uno de sus integrantes y sus trascendencias:

"El espíritu de institucionalidad a prueba de cualquier tentación"

"El sentimiento de acatamiento a las disposiciones del ordenamiento legal vigente en su carácter apolítico", con la conciencia de ciudadano con derecho al voto.

"La sólida fortaleza para saber vencer todos y cada uno de los obstáculos y oposiciones al desarrollo y soberanía peruana con la preparación y logística que la seguridad del Perú requiere".

"La disciplina inquebrantable como línea de conducta para obtener el mejor resultado en todos los esfuerzos: la lealtad a los superiores y líneas de mando; la discreción, la prudencia, la serenidad, la firmeza en el acatamiento de la situación militar; el servir a la patria con honestidad, amarla con honradez, estar siempre dispuesto a los sacrificios sin medida, por la felicidad, la prosperidad y engrandecimiento de la nación peruana". “Definiciones claras sobre los términos de referencia llenos de posibilidad, realidad e idoneidad para el cumplimiento de sus misiones”.

B. EL ROL DE LA FUERZA ARMADA EN EL SISTEMA DEMOCRATICO

Como siempre, la población urbana y rural espera de sus Fuerzas Armadas, un mensaje optimista y esperanzador, de plena fe en el destino democrático del Perú; puesto que hemos requerido un proceso de reiterada afirmación de la autodeterminación popular y de consolidación de las conquistas políticas y sociales de la democracia como sistema, pero también, con la real comprensión y entendimiento de sus obligaciones y necesidades extremas.

Por ello, en armonía con el pensamiento político-democrático de consenso y su perfeccionamiento progresivo, existe la convicción de que el voto popular es la única fuente que ha permitido asegurar el disfrute del "sistema de gobierno menos imperfecto, que produce la mayor suma de felicidad, seguridad integral y de estabilidad política posible".

En este sentido, estoy seguro, que las Fuerzas Armadas, en base a su conducta institucional, enmarcada y coherente con las definiciones de la Carta Magna , serán siempre los garantes del respeto, la defensa y de la vigencia de la democracia, más ahora que se tiene la responsabilidad de ejercer el voto como todo ciudadano, respaldando al pueblo peruano en las elecciones de cada quinquenio constitucional, para que pueda expresar libremente su voluntad, con la madurez cívica dentro del juego político pluralista y, al mismo tiempo, para desbrozar de obstáculos y oposiciones a los cursos del desarrollo y superación de los problemas nacionales e internacionales en los campos político, económico, social y militar.

La historia acredita este papel protagónico que se aprecia, ahora, en la pervivencia del sistema de gobierno, no obstante los avatares de las crisis política-económico-social, además con terrorismo y narcotráfico, etc., pues el pueblo peruano se ha sentido asistido por la lealtad de sus Fuerzas Armadas dentro del más riguroso apego a las voluntades populares.

Es así que, por lo que entraña de sentido histórico y de lección pedagógica, es oportuno recalcar, ahora, cuando la institucionalidad constitucional sigue consolidándose, el concepto doctrinal definido por las Fuerzas Armadas:

"El firme propósito de que nada ni nadie desviará la línea de conducta trazada constitucionalmente, que los gobiernos serán elegidos por las mayorías nacionales".

Esta es la convicción que perdura como la única posición legal que hará recuperar totalmente el cariño y la estimación de los peruanos y ayudará a erradicar de sus mentes los hechos e intentos de separar a las fuerzas armadas de su pueblo, indebidamente.

C. LA LECCION DEMOCRATICA

El proyecto democrático es posible porque el Liderazgo Nacional y sus Fuerzas Armadas han asimilado las enseñanzas de anteriores fracasos. Un duro aprendizaje, pues se ha hecho con sangre a través de nuestra historia. Todos estos fracasos los tenemos que recordar para eliminar toda posibilidad de repetir las causas y los hechos, pues es la explicación de la lección aprendida para la democracia y tranquilidad estable que queremos y debemos disfrutar siempre.

Para ello, debemos recordar que la democracia acepta el pluralismo y la controversia inherente dentro del ejercicio de la libertad, con sus derechos y obligaciones y también procura regular el conflicto interno y externo con las fuerzas armadas, para garantizar estabilidad, gobernabilidad y continuidad institucional, sometiendo al sistema político a ciertas reglas como la atención e incentivación moral y económica coherente con las responsabilidades de preparación para la acción y los sacrificios hasta con la vida misma. Si tales reglas no se respetan no será posible el juego democrático deseable.

D. Constitución y Fuerza Armada

La proyección democrática del país hacia el futuro y la estabilidad institucional de sus Fuerzas Armadas, están respondiendo a un consenso nacional a través de un respaldo y apoyo mutuo, incluso con la pérdida y el sacrificio de muchas y valiosas vidas y, a la vez, con la necesaria sanción de todas aquellas personas frágiles que no supieron responder al fuerte impacto de la responsabilidad ética y moral exigentes.

Sobre las Fuerzas Armadas, la Constitución del Perú tiene establecida con la mayor claridad y precisión sus finalidades y misiones de defensa interior del territorio y protección del patrimonio y la soberanía nacional y, para cuando la seguridad integral lo requiera y exija, actuará contundentemente ante y contra todo adversario y/o enemigo de la seguridad de la Nación Peruana.

Asimismo, establece el principio de apoliticismo, el poder del voto otorgado, que implica, en su interior, conocer y mantenerse al margen de la controversia política, de las luchas interpartidistas, pues se orienta a preservar la unidad interna para el cumplimiento de sus misiones. También, la no deliberación que choca con los derechos de expresión, no obstante ello, se orienta a la obediencia, la subordinación, unidad de mando, moralidad y empleo útil de sus medios y propósitos más idóneos. Lo que no tiene nada que ver con el derecho al voto electoral de las Fuerzas Armadas y sus reglas de enfrentamiento.

E . Los Objetivos Democráticos

Para renovar y fortalecer la mística nacional por la democracia ha sido indispensable activar la capacidad creadora del país y ha demandado una redefinición de objetivos de bienestar y seguridad indispensables e ineludibles.

Esa redefinición tiene que hacerse en consonancia con los retos de protección de los intereses asumidos, para el desarrollo de la sociedad peruana, con las exigencias del Perú que aspiramos en el presente tercer milenio.

Ha llegado la hora, por el tiempo transcurrido de libertad republicana, de perfilar rutas innovadoras y actuar por el despegue del Perú, frente al desafío prospectivo de descentralización y regionalización macroeconómica y frente al atraso socio-económico que lo ha detenido por mucho tiempo, y así poder ocupar, cuanto antes, el espacio y sitial que, por calidad, méritos y seguridad, le corresponde en la comunidad internacional.

Este gran reto del Perú y particularmente de la sociedad democrática y sus fuerzas armadas tienen que ver con ese futuro de amplio, mutuo e integral entendimiento entre ambas. ¿Qué queremos en este tercer milenio? ¿Qué queremos que sea el Perú el año 2021 al celebrar 200 años de vida independiente?

Allí está el desafío. Un desafío para los entendimientos y acuerdos políticos, económicos, logísticos y estratégicos. Para que dejemos la rencilla estéril y propiciemos el acontecimiento maravilloso de la paradoja de unidad nacional dentro de la diversidad étnica, cultural y geográfica. Un desafío para la acción solidaria y mancomunada.

La democracia es posible por el equilibrio estable de consenso entre el bienestar y la seguridad.

Estos y otros importantes objetivos tienen que ver con el Perú que todos queremos, y en esta gran tarea, toca a las Fuerzas Armadas un preponderante papel protector dentro del ordenamiento trascendente del país.

* Contralmirante MGP. Fundador y colaborador de «Foro Geomarítimo». Presidente Emérito de la Sociedad Geográfica de Lima.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

OPINIONES DE LA CONVEMAR: debate nacional

La CONVEMAR agrede al Perú
Hugo Ramírez Canaval*

¿Cómo así “la Convención del Mar agrede al Perú”?, para obtener respuesta, presento a consideración de su elevado criterio –estimado lector– unos argumentos:

1. Con el Decreto Supremo N° 781 del 1° de Agosto de 1947, el ilustre Presidente José Luis Bustamante y Rivero fijó el “dominio marítimo del Perú,” declarando soberanía y jurisdicción nacionales hasta el límite de las 200 millas, para proteger el mar más rico del mundo, que nos fue dado por Dios para alimentar a nuestro pueblo, en compensación por la falta de lluvias que nos impiden tener una adecuada agricultura.

2. Los grandes intereses pesqueros –y luego los mineros– del mundo, organizaron y financiaron la Convención del Mar, con la finalidad única de destruir la tesis de las 200 millas con la que tres países tercer-mundistas “se habían atrevido” a poner trabas a la explotación del mar más rico que quedaba, luego de que ellos mismos habían depredado todos los otros mares. Es decir: “Si no se hubieran dado las declaraciones de las 200 millas, nunca –nadie– hubiera organizado la Convención del Mar para combatirlas”.

3. Ahora debemos tratar la propia “Convención del Mar”. El mejor argumento es su filosofía, su razón de ser, la finalidad de su creación –meollo de tanta maquinación por años para combatir la tesis de las 200 millas–.
Tomé consciencia de la gravedad del asunto, al conocer las primeras páginas de un librito titulado: “La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”. Con solamente leer la “Introducción” y el “Preámbulo”.

a. En la “Introducción” nos dicen con la mayor claridad: “...los espacios marinos están estrechamente ligados y han de considerarse en su conjunto.” ¡Nadie es dueño de nada! En otra parte, se dice: “La Convención representa un intento de dar una verdadera universalidad al empeño de llegar a un ‘orden económico internacional justo y equitativo...” También se dice: “...las singulares circunstancias en que tuvo su origen, la gran cantidad de Estados participantes y el enorme número de intereses a menudo contrapuestos...”

Comento: Esto lo entiendo como que “los países rectores” nos quieren obligar a aceptar la decisión de ellos, de que los espacios marinos mundiales se deben ver “en su conjunto” –los que tenemos el mar más rico del mundo en la misma canasta con los que ya lo tienen depredado–, dentro de las ideas rectoras del “nuevo orden económico internacional,” para que un país depredador que está ubicado en las antípodas del Perú, tenga “acceso justo y equitativo” para asolar nuestro mar con grandes flotas –incluidos buques factoría– y llevarse los alimentos de nuestro pueblo. ¡Y hay peruanos que quieren que eso suceda!

b. En el “Preámbulo” comienzan diciendo: “Los Estados Parte de esta Convención, inspirados en el deseo de solucionar, con espíritu de comprensión y cooperación mutuas todas las cuestiones relativas al Derecho del Mar [...], han acentuado la necesidad de una nueva convención sobre los derechos del mar que sea generalmente aceptable...”

Comento: Nos sonríen y palmean la espalda con eso de “espíritu de comprensión y cooperación mutuas”. ¿De qué cooperación mutua hablan?; pero luego nos anuncian con rigor, un nuevo derecho del mar “que sea generalmente aceptable”. ¡Por qué nuestras 200 millas no son “aceptables” para ellos! ¡Más claro no nos lo pueden decir!

En otra parte, el “Preámbulo” remarca con énfasis: “La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró solemnemente entre otras cosas, que la zona de los fondos oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional así como sus recursos, son patrimonio común de la humanidad, cuya exploración y explotación se realizará en beneficio de toda la humanidad...”

Comento: El Art. 3, asigna una jurisdicción nacional de 12 millas marinas. ¡Nada más! Hay peruanos que dicen que esas 12 millas son mejor que las 3 millas del antiguo Derecho. Hay otros que dicen “el Perú nunca ha tenido 200 millas de mar territorial”. Otros, dicen que “Bustamante y Rivero es el culpable de todos estos problemas...”

Es necesario aclarar lo que significa La Zona. Un término y una realidad de la Convemar, de la que no les gusta hablar a los abanderados de la adhesión.

Veamos: El Art. 1.1 de la Convemar crea La Zona, y dice que: “comprende los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional.” El Art. 136 dice que La Zona y sus recursos son “patrimonio común de la humanidad.” El Art. 137.1 dice: “Ningún Estado podrá reivindicar o ejercer soberanía ó derechos de soberanía sobre parte alguna de La Zona o sus recursos.” Para que no queden dudas, el Art. 137.2, dice: “Todos los derechos sobre los recursos de La Zona pertenecen a la humanidad. Son recursos inalienables.”
En lo que sería “La Zona” del Perú, existen grandes cantidades de petróleo y nódulos polimetálicos, de Talara para el Sur, los cuales –igual que la pesca– pasarían a ser “patrimonio común de la humanidad”, a partir de las 12 millas. Con relación a los recursos vivos, no les gusta citar el Art. 62.2 que dice: “El Estado ribereño determinará su capacidad de capturar recursos vivos de la Zona Económica Exclusiva- ZEE. Cuando el Estado ribereño no tenga capacidad para explotar toda la captura permisible, dará acceso a otros Estados al excedente de la captura permisible...”

Si adherimos, al día siguiente tendremos a los chilenos pescando frente a todos nuestros puertos.

Por todo lo expuesto, afirmo: “La Convención del Mar ha sido concebida por los grandes intereses pesqueros y mineros, expresamente para combatir la tesis de la soberanía en las 200 millas de mar que asegura la alimentación y bienestar del pueblo peruano.”

Finalmente, debo mencionar el hecho de que los artículos 15, 73.4 y 83.4 niegan a los Estados Miembro, plantear asuntos sobre “delimitación marítima” si existen convenios anteriores que estén vigentes, como el de “pesca” con el paralelo. Además de que Chile adhirió a la Convención con la expresa “reserva” de que jamás trataría el asunto de la delimitación marítima bajo los términos de la Convención del Mar. ¡Este asunto solamente se resolverá acudiendo a la Corte Internacional de La Haya!
Por lo mismo, reitero: “la Convemar agrede al Perú”

Respecto a que si el Perú perdería soberanía, leamos:

El Art. 2.3 dice: “La soberanía sobre el mar territorial, se ejerce con arreglo a esta Convención…” Es decir, que no tendríamos soberanía ni en el pequeño mar territorial.

El Art. 3 señala que el Estado ribereño tiene derecho a 12 millas de mar territorial.

El Art. 56.1 dice: “En la Zona Económica Exclusiva - ZEE el Estado ribereño tiene: a) Derechos de Soberanía para los fines de exploración y explotación […] b) Jurisdicción con arreglo a las disposiciones pertinentes de esta Convención…”

Los Derechos de Soberanía no son soberanía y la Jurisdicción se ejercerá con sujeción a las disposiciones de la Convención, o sea que ¡no tendríamos soberanía! En la Zona Económica Exclusiva - ZEE… ¡tampoco!

El Art. 58.3 dice que el Estado ribereño tendrá “leyes y reglamentos dictados de conformidad con las disposiciones de esta Convención…” ¡¿De qué soberanía nos hablan?!

El Art. 59 dice: cualquier “Conflicto deberá ser resuelto sobre una base de equidad a la luz de las circunstancias pertinentes, teniendo en cuenta los intereses de que se trate para las partes, así como para la comunidad internacional en su conjunto.”

El Art. 62.2 dice: “Cuando el Estado ribereño no tenga capacidad para explotar toda la captura permisible, dará acceso a otros Estados al excedente…”

El Art. 62.4 dice: “…leyes y reglamentos del Estado ribereño estarán en concordancia con esta Convención…”

Los artículos 69.3 y 70.4, se refieren a Estados sin litoral y Estados en situación geográfica desventajosa y dicen: “Cuando la capacidad de captura de un Estado ribereño se aproxime a un punto en que puede efectuar toda la captura permisible de los recursos vivos en su Zona Económica Exclusiva - ZEE, el Estado ribereño y otros Estados interesados cooperarán en el establecimiento de arreglos equitativos […] en condiciones satisfactorias para todas las partes.”

¡El caso es que aun que podamos pescar toda nuestra captura permisible estaríamos obligados a compartir con los que quieran venir!

¡¿Y así, dicen que no perderíamos soberanía?!

El problema es de personalidades:

Los “abanderados”, dicen: “La Convención le conviene al Perú, debemos adherir. ¿Y por qué? –Porque yo lo digo. ¡Así, sin necesidad de fundamentar!
Los que “no conocemos” la Convemar, decimos: “La Convención agrede al Perú” ¿Por qué? –Porque su articulado es contrario a derechos e intereses legítimos del Perú.

* Contralmirante MGP. Colaborador de «Foro Geomarítimo».